Viajar siempre es estresante y para las personas ansiosas lo es aún más. Por ello, nunca viene mal un poco de protección adicional para descansar en que todo saldrá bien, pase lo que pase. Aquí te dejamos algunos talismanes y amuletos de protección.
Desde épocas muy tempranas, sociedades de diversas latitudes han recurrido a amuletos consagrados para resguardar a sus miembros en peligrosos trayectos. El creyente confiaba así literalmente su vida a la custodia protectora portada sobre el pecho, muchas veces con la imagen de una deidad o santo patrono particular.
En nuestros tiempos modernos donde el tránsito rodado se ha hecho veloz e intenso, estas antiguas prácticas cobran renovado valor.
Entregamos a continuación sencillas guías para encomendarse a entidades celestiales por medio de fáciles talismanes, invocando a la mano divina que aparta los accidentes del sendero.
Medalla de San Cristóbal para conductores
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Uno de los santos más populares como protector de viajeros resulta San Cristóbal. Su origen se remonta a leyendas medievales que narran las proezas de un gigante cananeo llamado "Reprobus" quien cargó al Niño Jesús sobre sus hombros para vadear un río crecido.
Tras este episodio simbólico se bautizó con el nombre de Cristóbal, dedicando su vida a facilitar el cruce seguro de peregrinos y viandantes por el agua.
Su culto como abogado celestial contra peligros del tránsito comenzó cuando la peste diezmaba caravanas enteras, confiando los sobrevivientes su futuro paso, al santo.
Para atraer sus bendiciones los conductores suelen llevar una pequeña medalla de San Cristóbal. Optativamente se coloca en el tablero un domingo de mañana, previa oración pidiendo su amparo.
Otra alternativa es consagrar directamente el vehículo con su imagen grabada en una calcomanía adherida al parabrisas.
Escapulario del Carmen para motociclistas
Junto a San Cristóbal, otra poderosa figura tutelar para preservar la integridad física en accidentes viales resulta la Virgen María bajo la antigua advocación Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Según la tradición esta manifestación de María se apareció al profeta Elías entregándole un escapulario, promesa de protección perpetua.
Quienes portan desde entonces este distintivo beige con su efigie e invocan su manto, hallarían según la fe un escudo invisible de misericordia en momentos de peligro extremo.
Los motociclistas especialmente expuestos suelen llevar un escapulario consagrado del Carmen bajo el casco o vestimentas. Recordando la promesa virginal que ha salvado milagrosamente a muchos de morir aplastados bajo peso de vehículos. Te recomiendo usarlo con profunda convicción como último recurso, sin descuidar normas viales elementales.
Medalla del arcángel Uriel para niños
Como alternativa angelical recomendamos recurrir al benéfico arcángel Uriel, cuyo nombre en hebreo significa "Fuego de Dios".
Vinculado desde la antigüedad con la custodia de niños por su pureza e inocencia, su misión trasciende grupos religiosos como ángel de luz llamado a disipar la oscuridad.
Para invocarlo los pequeños llevarán una medalla o amuleto con su nombre en letra clara, a ser posible escrito con tinta dorada como sugieren textos cabalísticos.
Previo al viaje los padres dirán oraciones tradicionales pidiendo su amparo. Variante minimalista es portar semillas de mostaza en un saquito rojo amarrado al brazo, dispersándolas luego en cruce de caminos como ofrenda tras llegar ilesos al destino.
Anillo solar para personas mayores
Los accidentes no son privilegio de jóvenes, muchos adultos mayores padecen peligrosas caídas cuando su equilibrio natural decae. Si bien moderar movilidad suele recomendarse, mantener la calidad de vida requiere de prudencia, complementada con protección espiritual.
Mitologías egipcias reverenciaban al dios Ra vehiculado entre las nubes del mediodía en su barca flamígera, irradiando rayos de sol como fuerza vital indestructible.
Para los antiguos, fusionarse con su disco ardiente significaba trascender límites corporales abrazando la eternidad.
Con este espíritu solar recomendamos usar un anillo enjoyado con piedra de ámbar, cuya piedra ojalá sea de forma circular u oval.
El resplandor dorado recordará en todo momento nuestra verdadera condición ilimitada, impactando positivamente, según tradiciones místicas, la salud de los ancianos necesitados de luz sanadora.
El aniñño debe "cargarse" con luz solar.
Protección de videntes en viajes astrales
Quienes tengan la dicha o el desafío de experimentar estadios visionarios convendrán que el plano astral dista de ser un jardín ordenado.
Al cruzar el velo hacia lo invisible requerimos a menudo aliados fiables, capaces de encauzar las torrentosas aguas akáshicas hacia puertos serenos.
La Cábala Judía insinúa antiguos pactos entre Salomón y seres angélicos para construir el Templo, evidenciando la estrecha cooperación humano-espiritual.
Cuando el vidente precise adentrarse en lo Desconocido sin extraviarse, puede recurrir al sello mágico del rey Salomón grabado en plata con leyendas en alfabeto celeste según grimorios medievales.
Este pentalfa intersecado por arcanos lunares activaría según tradiciones muy antiguas un campo de fuerza invisible, protegiendo de entidades confusas al viajero incorpóreo que se atreve a vislumbrar luces y sombras del más allá.
Debe usarse, no obstante, con precaución y rectitud, invocando siempre la voluntad suprema antes de partir.
Guayaca para el viaje
En la magia, una guayaca es una bolsita que contiene objetos con poderes sobrenaturales para proteger contra el daño. La palabra "guayaca" proviene del quechua y significa "bolsita". En la castellanización, se conoce como "huacanque" o "guacanque".
Para protegerte durante el viaje, puedes elaborar tu propia guayaca con algún talismán de tu preferencia, el que vas a consagrar en tu altar con fines de protección para los viajes y luego debe ser bañado en agua bendita, junto con la tela con la que vas a confeccionar esta bolsita.
Al momento de coser la bolsita, siempre a la caída del sol, debes hacerlo rezando la oración de Asclepio (también conocido como Esculapio).
Por si no lo sabes, Asklepio era el dios griego de la medicina. Dice la tradición que era tan hábil que podía devolver la vida a los muertos. Zeus, temeroso de que el más allá quedase despoblado, lo mató con un rayo y Asclepio fue llevado a los cielos, para ser convertido en deidad.
La oración dice lo siguiente:
¡Oh Asklepios, glorioso hijo de Apolo, surgido en las montañas de Tesalia, el médico supremo a quien invocamos, rogamos tu benevolencia y tu gracia! Tú, que conoces los secretos de la curación, que posees el don divino de restaurar la salud, te pedimos que extiendas tu mano sanadora, y alivies nuestras penas con tu poder celestial. Oh Asclepios, acepta nuestras plegarias, guía a los médicos en su noble tarea, inspira sabiduría a aquellos que buscan curar, que la sanación fluya como un río divino. Que la serpiente enroscada en tu vara, símbolo de tu divina presencia, sea el faro que ilumina el camino hacia la salud, y que tu misericordia llegue a todos nosotros. Oh Asclepios, escucha nuestras súplicas, que la enfermedad se disipe con tu toque, que la salud regrese con renovada fuerza, en tu nombre, gran dios de la medicina, confiamos.¡Así sea!
"Oración a Asklepios" o "Himno Homérico a Asklepio"
Del talismán, puedes elegir lo que se te venga en ganas, considerando que esta bolsita debes llevarla en el cuello durante el viaje o debajo del brazo izquierdo, siempre debajo de la ropa para que sea invisible a los demás. Genial si es un objeto heredado de algún familiar muy querido, como un anillo, un pendiente, incluso un botón. Cualquier objeto sirve. Incluso una piedra, una flor o una moneda.
Nota: Es particularmente efectiva para estos fines un pedacito de cinta roja que se tuvo en la boca a la hora de comulgar.
Luego, vas a escribir en un papel, lo siguiente:
Dioses de la salud y de la forrtuna, alejen de mí todos los peligros que puedan llegar del exterior y resguarden mi cuerpo de calamidades y desastres.
Mientras lo haces, provee a este objeto elegido de una visión de escudo protector. Idealmente para estos fines, usa tinta conjurada para la salud.
Luego, vas a envolver tu talismán en ese papelito y ambas cosas juntas las vas a poner dentro de tu guayaca. Luego vas a cerrar la bolsita de forma permanente, cosiendo la entrada por donde introdujiste todo. A la bolsita le vas a coser además un hilo de tres hebras del cual te la vas a colgar al cuello o en el brazo. Ojalá que te quede a la altura del corazón.
La bolsita debe ser de tela suave, ojalá de seda o satén. Respecto del color, puede ser cualquiera, pero acá te dejo algunas consideraciones de colores que personalmente considero apropiados para estos fines:
- Verde: El verde se asocia comúnmente con la salud y la curación. Este color está relacionado con la naturaleza y la frescura, transmitiendo una sensación de equilibrio y armonía. Es considerado calmante y revitalizante.
- Azul: El azul es conocido por sus propiedades calmantes. Se asocia con la serenidad, la tranquilidad y la comunicación. En el ámbito de la salud, el azul a menudo se utiliza para transmitir una sensación de calma y para reducir el estrés.
- Blanco: El blanco es símbolo de pureza y limpieza. Se utiliza comúnmente para transmitir una sensación de higiene y esterilidad. También se asocia con la claridad y la simplicidad.
- Amarillo: El amarillo se relaciona con la energía y la positividad. Puede ayudar a transmitir una sensación de optimismo y vitalidad. Sin embargo, en exceso, el amarillo brillante puede resultar demasiado estimulante, por lo que su uso debe ser equilibrado.
- Turquesa: Este tono de azul verdoso se asocia con la curación y la renovación. Combina la serenidad del azul con la vitalidad del verde, creando una sensación de frescura y equilibrio.
- Violeta: El violeta, especialmente tonos más suaves como el lavanda, se asocia con la espiritualidad y la relajación. Puede ser utilizado para promover la calma y la conexión mente-cuerpo.
Cierre protector del camino
Más allá de amuletos específicos para cada caso, todo viaje se beneficia de oraciones de cierre una vez arribados a destino. No importa la imagen devocional que cada cual profese, ritualizar con gratitud sincera nuestra confianza puesta en lo Alto sella un pacto renovado.
Los pueblos precolombinos presentaban ofrendas en altares al regresar la caravana incólume.
Nuestros ancestros comprendían el valor de cerrar un ciclo.
Podemos emularlos dedicando breves minutos a visualizar luz cálida envolviendo el camino ya transitado, disipando residuos energéticos.
Confiamos así posteriores travesías venideras a la custodia espiritual de la que en definitiva emana todo amparo verdadero en horas de prueba.
Con esta serena comprensión, el viajero soltará riendas tensas, sabiéndose parte indisoluble de la trama cósmica que sostiene toda dualidad.
