Nombrar a una niña Adelaida busca transmitirle las bendiciones espirituales de un alma noble cuya vida está consagrada a la realización de su destino divino original.
Adelaida es un antiguo nombre germánico compuesto de "adal" (noble) y "heid" (tipo), que juntos significan "del tipo o clase noble".
Entre las tribus germanas precristianas, los nombres eran mucho más que una simple etiqueta de identidad: tenían un profundo poder mágico que influía directamente en el destino y carácter del portador.
Al nombrar a una niña Adelaida se buscaba conferirle las virtudes espirituales inherentes en su significado:
Nobleza de espíritu: una natural distinción de carácter, actuar según altos ideales éticos, hablar con rectitud, pensar con claridad mental. En síntesis, privilegiar siempre los intereses del bien común por sobre las bajas pasiones.
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Linaje divino: descendencia mística de la estirpe noble de los dioses que habitaron la Tierra durante eras primordiales. Por la "sangre azul" de su alma, está cósmicamente destinada para una misión trascendente.
Majestad interior: porte real, movimientos delicados pero decididos, aura brillante que infunde respeto y admiración natural en quienes la rodean, capacidad de inspirar a otros a alcanzar su máximo potencial.
Uso mágico medieval
En la Europa medieval, la creencia en el poder de los nombres tomó un cariz judeocristiano con la devoción a los santos y ángeles como protectores espirituales. Nombres como Adelaida evocaban una santa homónima que velaría por el destino de la pequeña.
Santa Adelaida de Italia fue una noble caritativa del siglo 10 canonizada por usar su riqueza para fundar monasterios, iglesias y hospitales. Era invocada contra la ceguera, sordera y para proteger a los viajeros. Sus reliquias eran amuletos muy buscados.
Otra Santa Adelaida venerada era la Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo 10. Ejemplo de piedad, compasión hacia pobres y enfermos, humildad y devoción monástica.
Resonancias en la Cábala
Para los cabalistas medievales, quiénes creían que Dios creó el universo mediante las 22 letras del alfabeto hebreo, el nombre de Adelaida resonaba con los sonidos "alef" (principio omnipotente) y "dalet" (compasión, apertura).
Invocaba así las virtudes del Mago Divino que manipula creativamente las fuerzas primordiales de la existencia combinadas con la Misericordia Infinita que perpetúa la Creación pese a las imperfecciones del mundo material.
Uso mágico contemporáneo
Actualmente entre las brujas e iluministas modernos, el nombre de Adelaida se considera altamente auspicioso ya que invoca la nobleza espiritual de quien está alineada con su misión del alma.
Resuena con las virtudes de una vida alquímica abnegada en pos del bien mayor: que a través de cada mujer llamada Adelaida pueda manifestarse la grandeza sagrada de la Diosa en la Tierra una vez más.
Cinco Adelaidas legendarias:
- Adelaida Labille-Guiard: famosa retratista francesa, pintora de la corte de Luis XVI.
- Adelaida Ristori: emblemática actriz teatral italiana del siglo 19.
- Adelaida "La Sirena Australiana": prestigiosa soprano australiana.
- Adelaida Herrmann: ilusionista y escapista circense estadounidense apodada "La Reina de la Magia".
- Adelaida Crapsey: talentosa poeta norteamericana de la era victoriana.
