Fenómenos paranormales: La iglesia Santa Felicitas y la historia del fantasma de la mujer más bella de Argentina

Iglesia Santa Felicitas y Felicitas Guerrero
Iglesia Santa Felicitas y Felicitas Guerrero | Wikipedia

Trágica existencia y desenlace fatídico a manos de un amante despechado: la narrativa del espectro que fue la mujer más sublime de Argentina.

Felicitas Guerrero, la célebre "Joya de los salones porteños", vio su vida segada por un disparo en el mismo día que planeaba anunciar su enlace matrimonial, en plena luz del día.

Este hecho macabro marcó el primer femicidio bullado y registrado oficialmente en Argentina. En el barrio porteño de Barracas, donde yacen los vestigios de su tragedia, los lugareños sostienen que su espíritu emerge intermitentemente.

Carlos Guido Spano, el poeta, llegó a rendirle homenaje con epítetos como "La mujer más bella de la República" o "La joya de los salones porteños".

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Felicitas Guerrero a los 24 años - Foto de 1870 - My Heritage

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Fue la primogénita de once hijos del matrimonio formado desde el 11 de enero de 1845 entre José Guerrero y Reissig y Felicitas Cueto y Montes.

Forzada por su progenitor a un matrimonio con un adinerado caballero de Buenos Aires, a pesar de no albergar amor y de la descomunal diferencia de edades, Felicitas, con sus dieciocho años, unió su destino al de Martín de Álzaga (de 50) en 1864.

Dos hijos nacieron de esta unión, pero la fortuna no fue suficiente para conjurar la desgracia: uno pereció a los tres años por fiebre amarilla, y su esposo falleció cinco meses después, justo cuando esperaban la llegada de otro heredero.

El destino se tornó más despiadado cuando, al día siguiente de sepultar a su esposo, Felicitas dio a luz a su segundo hijo, quien muerió pocas horas después del parto. En apenas seis años, la familia Álzaga-Guerrero se desmoronó irremediablemente.

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Estatua de Felicitas Guerrero y su hijo Félix, al interior de la iglesia - Wikipedia

La joven heredó la cuantiosa fortuna de Martín y, en meses, encontró el amor genuino en Samuel Sáenz Valiente gracias a un evento fortuito. 

En noviembre de 1871, Felicitas intentaba pasar el luto con un grupo de amigos en su estancia Laguna de Juancho, solo limitada por el Atlántico Sur.

Por una razón que se desconoce, aban­donó ese lugar junto con un matrimonio amigo para ir hacia La Postrera, otra de sus propiedades. En ese desplazamiento, una tor­menta extra­vió a los cocheros.

Felicita entonces ordenó detener la marcha hasta que el clima permitiera continuar. Inesperadamente, se acercó un joven a caba­llo con la inten­ción de brindar ayuda. Ante la pregunta de Felici­tas acerca de dónde esta­ban, cuentan que el jinete respon­dió: "En mi estancia, que es la suya, señora y se presentó: ‘Soy Samuel Sáenz Valiente’". Tanto halagó el dueño de casa a los viajeros que la viuda se enamoró.

Este nuevo amor tuvo fuerte impacto en Bue­nos Aires. Las damas porteñas dieron entonces curso a las habladurías acerca de este nuevo romance y del vestido que Feli­citas encargó a París para lucirlo ante Sáenz Valiente.

Parecía que ahora todo estaba en su lugar, que Felicitas al fin alcanzaría la ansiada vida soñada. Sin embargo, el destino urdió un giro trágico cuando Enrique Ocampo Regueira, uno de sus pretendientes, a quien conocía desde hace un tiempo, irrumpió pasado de copas y desesperado en la Quinta Guerrero el día del anuncio de la boda.

Dispuesto a cualquier cosa por impedir su matrimonio con Sáenz Valiente, Ocampo llevaba un arma Lefaucheux,​ calibre 48. Cuando recibió el desprecio de Felicitas, sacó la pistola de su bolsillo, gritando: "¡O te casás conmigo o no te casás con nadie!".  

Aunque parecía destinada a la felicidad, cuando Felicitas vio el arma, salió corriendo del salón donde estaban, pero sólo alcanzó a llegar al jardín. Ocampo, en un arrebato de locura, le disparó por la espalda.

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Lefaucheux10​ calibre 48 - Wikipedia

Felicitas luchó por su vida durante horas en el hospital, pero finalmente falleció al día siguiente, al igual que su atacante.

Las versiones del desenlace son diversas: se especula que Ocampo se suicidó tras disparar, otros sugieren que fue Sáenz Valiente quien lo abatió, mientras que la familia afirma que el autor del homicidio fue Cristian, primo de Felicitas. La verdad jamás fue esclarecida.

Como dato curioso, el día del entierro, ambas familias de víctima y victimario se encontraron en el cortejo fúnebre en el Cementerio de la recoleta, donde ambos cuerpos yacen al día de hoy.

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Mausoleo de Felicitas Guerrero - Wikipedia

Con la fortuna que había heredado Felicitas, la familia decidió erigir una iglesia en su honor al espíritu que nunca halló sosiego:  La Santa Felicitas se encuentra situada en la calle Isabel La Católica 520, entre las calles Brandsen y Pinzón, frente a la Plaza Colombia en el porteño barrio de Barracas, donde se encontraba la casa de los Guerrero. Al lado de la misma está el actual Instituto Santa Felicitas de San Vicente de Paul. 

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Iglesia de Santa Felicitas en 1880 - Wikipedia

Esta iglesia resguarda el mito de que, debido a la tragedia del femicidio de Felicitas Guerrero y la muerte de su hijo Félix, nadie quiere casarse o bautizar a sus hijos en sus instalaciones.

Quien entre a la nave encontrará que no existe pasillo central para que los contrayentes puedan cruzar, ya  que los bancos ocupan todo el ancho del espacio interior. La razón es que esta iglesia no es una parroquia, por lo que no cuenta con la autorización para que se puedan impartir sacramentos como bautismos o casamientos.

Residentes del sector afirman que el espíritu de la joven deambula por los alrededores, como un alma errante que nunca halló paz. Otros sostienen que ocasionalmente se manifiesta vestida de blanco, ataviada con ropajes de la época.

Cada 30 de enero, aniversario del femicidio, devotos depositan cintas blancas o pañuelos en las rejas de la parroquia, en un acto para que sean "bendecidos" por las lágrimas de la infortunada mujer.

Este gesto busca brindarle algo de paz y felicidad, una dicha que, lamentablemente, nunca experimentó en vida.

Los domingos, tras la misa de las 11:30, la iglesia se convierte en escenario de un relato trágico. El guía, Daniel Ferrace, relata la desgarradora historia y los mitos que envuelven a la que fue la mujer más hermosa de Argentina, Felicitas Guerrero.

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Angela Barraza

Periodista y escritora chilena. Fue panelista del programa VIGILANTES de La Red TV y del programa Combinación Clave de Radio La Clave.  

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